Mirando a Danza del Alma

Uno de las satisfacciones principales que uno puede ganar de la reciente temporada danzaria “Para bailar en casa del trompo” es apreciar la evolución de varias de las agrupaciones que protagonizaron ese evento santaclareño por sede pero cubano por sus participantes.
Quizá el mejor ejemplo es la Compañía Danza del Alma, anfitriona y organizadora del evento bajo la batuta del coreógrafo y pedagogo Ernesto Alejo Sosa.
Para Mercedes Borges, especialista y crítica de arte danzario, el atrevimiento mayor de Ernesto en los últimos años es trabajar solamente con la masculinidad como comportamiento escénico lo que es muy difícil a veces sin embargo la compañía ha logrado insertarse dentro de la danza cubana en general.
Primero lo hicieron con un decir continuo en los muchos eventos en que participaron y haciéndose notar también por los varios premios que alcanzaron por ejemplo en el Evento “Danzan Dos”, “Solamente solos” y en el de paisajes urbanos que se hace en la capital.
Resalta también la vocación comunicativa, de intercambio de Danza del Alma que varias veces al año intercambia con otras compañías mostrándolo al público, dándose y tomando.
Según Mercedes el director mantiene sus códigos esenciales y a la vez ha ido renovando en la medida que sus bailarines cambian lo que le da frescura al trabajo a pesar de los años de pertenencia al grupo.