Ciudad de Marta
Ya llegó el invierno y con él se mantiene la lluvia que tanto fertiliza nuestra tierra.
Ya llegó noviembre y con su décimo tercer día, domingo por cierto, los habitantes de Santa Clara, en el centro de Cuba, celebramos el nacimiento de la benefactora y gran patriota Marta Abreu de Estévez.
Los pilongos, como también se le llama a los santaclareños, no nos cansamos de homenajear a esta señora inmortalizada en la estatua de bronce que se le erige en el Parque Leoncio Vidal desde donde nos observa y sobre todo desde la huella de su legado patriótico y espléndido, hecho teatro, escuelas y otras instituciones que donó y que nos prestigian y comprometen.
No nos cansamos de tributarle respeto y recordación como no se cansa un buen hijo de venerar a su madre, sí, porque eso somos todos los santaclareños, hijos de Marta Abreu, quien nos alimentó el alma de generosidad y entrega a sus semejantes, cuando supo valorar más lo que necesitaban sus coterráneos que lo que pudiera tener ella.
Hoy pudiéramos decir, parafraseando a dominicano Máximo Gómez Báez, gran jefe del Ejército Libertador Cubano, que Marta Abreu es la generalísima de la historia rebelde y cívica de Santa Clara pues su ejemplo sencillo y raigal fertilizó, como la lluvia reciente, el camino de los muchos buenos pilongos que le siguieron y de aquellos que llegaron a nuestra ciudad para liberarla y hacerle bien en el amplio sentido en que se es bueno.
Hoy trece de noviembre, cuando se cumplen 166 años de su nacimiento, podemos afirmar que Marta está en todo lo útil y bello de Santa Clara, no solo en lo que donó e hizo en vida sino también en aquello bien hecho que se hizo después y debemos empeñarnos en que su ejemplo sirva para lo mucho que queda por hacer por esta tricentenaria ciudad.
Marta Abreu se llama nuestra prestigiosa y pujante Universidad Central que casi al cumplir sesenta años es uno de los centros de pensamiento humanista, científico y tecnológico más fecundos de Cuba y se proyecta hacia otras partes del mundo. En esa Alma Mater germina el talento de nuestra juventud, esa para la que la benefactora construyó en su tiempo, y para todos los tiempos, escuelas y teatros.
Marta es el nombre de uno de nuestros mejores Coros y el de la exquisita Sala de Conciertos del Teatro La Caridad. También se le dedica una Sala del Museo Provincial de Villa Clara.
Pintores, escritores y músicos se inspiran en ella para dar rienda a susmusas, como una pieza coral elegante del maestro Joaquín Carrero Pairol que aun espera por la promoción que merece pues le debemos un himno a Marta que es como debérselo a toda la ciudad.
Marta Abreu es una mujer de futuro y desde sus raíces decimonónicas nos regala la flor de su ejemplo en el siglo veintiuno, un paradigma de virtud que sobrepasa con mucho la dádiva, la bondad y la ternura pues aquello que entregó lo dispuso para el crecimiento constante y por venir. Es como una semilla que brota y empuja, desde el centro de Cuba, a buscar el sol del mejoramiento humano.
No por gusto, ni capricho institucional o personal, cada Semana de la Cultura en Santa Clara comienza el 13 de noviembre, día en que se inició la vida de esa gran cubana.
Que sepamos no fue pintora, ni músico, ni escritora, ni practicó arte alguno en el sentido estricto de la palabra pero su sensibilidad tremenda y consecuente la llevó a crear en el ejercicio de su vida una obra que se asienta en la idiosincrasia de los santaclareños y ese es un ingrediente cultural esencial, una marca que resiste la crudeza de los tiempos.
Felicidades Marta en tu día, tus hijos seguimos festejando cada trece de noviembre tu cumpleaños desde la urbe más central de Cuba, la que sigues abrigando y fertilizando 166 años después, en este incipiente y lluvioso invierno de 2011.
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