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LA TECLA SIN TEQUE

Ovación y diálogo

Ovación y diálogo

Una prolongada ovación cerró la lectura del mensaje que el líder de la revolución cubana Fidel Castro envió a los artistas e intelectuales que desarrollan el Séptimo Congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC, que sesiona en la Habana.

La misiva da continuidad a la fluida y sistemática comunicación que ha existido por décadas entre el jefe de la revolución socialista y los creadores cubanos y que tuvo de precedente paradigmático  las palabras a los intelectuales que Fidel les dirigiera a inicios de la década de los sesenta del siglo pasado y que cerrara con el enunciado emblemático de dentro de la revolución todo, contra la revolución nada.

La sentencia  programática se repite, aunque el contexto socio político es diferente, cuando Fidel  les dice al final de su  actual misiva que¨ partiendo de nuestros esfuerzos sanos, patrióticos e internacionalistas en las tareas manuales e intelectuales que realizamos cada día, me atrevería a expresar: todo lo que fortalezca éticamente a la revolución es bueno, todo lo que la debilite es malo”.
Y es que precisamente los resortes ético morales son los que más resalta Fidel en su mensaje y a modo de preocupación.
“El ser humano moderno no es menos egoísta que el griego de la época de Platón. Por el contrario, el de hoy está sometido a un diluvio de publicidad, imágenes e influencias a las que jamás lo había sido, dice en el inicio del texto en el que alerta sobre el peligro de caer en la tentación de convertir los ingresos monetarios en motivación creativa.

 “En el socialismo no se puede excluir la fórmula de que cada cual aporte según su capacidad y reciba según su trabajo. ¿De dónde saldrán los recursos de la sociedad para ofrecer los servicios esenciales de la vida a todos, puedan o no trabajar, produzcan o no bienes o servicios económicos?

… Los estímulos que se instrumentan no sólo en divisas para comprar en el mercado, sino también a través de numerosas formas de contenido social, humano y familiar altamente eficaces, no incitan el individualismo y el egoísmo que conducen a la negación, con los más diversos disfraces, de la sociedad que pretendemos crear.

Me pregunto ¿pueden los métodos con que se administra una bodega crear la conciencia requerida para alcanzar un mundo mejor? No tendría sentido hablar de conciencia revolucionaria si no existiera el capitalismo desarrollado y globalizado, ya previsto hace casi cien años.

La conciencia del ser humano no crea las condiciones objetivas. Es al revés. Sólo entonces puede hablarse de revolución.

Las palabras bellas, necesarias como portadoras de ideas, no bastan; hacen falta meditaciones profundas”.

En cuanto a la obra cultural de la revolución Fidel destacó su carácter amplio en su quehacer social y modesto por la disponibilidad de recursos a pesar de lo cual sus principales logros llegan  a la gran mayoría de la población lo que provoca odio y torpeza por parte de los enemigos de Cuba.

“Disfruto mucho cuando veo los avances de nuestro pueblo en diversos campos, que otras sociedades libres de crueles bloqueos y mortales amenazas no han podido alcanzar, incluso en materia de lucha por la preservación del medio ambiente.

Eso provoca el odio de nuestros adversarios. He visto artículos de renombrados órganos de prensa capitalista que nos atacan en jauría. Hablan de nuestro país cual si fuésemos indigentes y partiéramos de cero, y no un pueblo con los niveles de educación mínima no alcanzados por los más desarrollados, un índice de salud excelente y seguridad social tal vez demasiado alta, como pensé cuando un delegado del congreso habló con justeza de quienes maltratan groseramente determinados bienes sociales y llamaba a luchar contra hábitos que nuestra sociedad repudia”.

La carta de Fidel y su incitación a la reflexión crítica, no solo de la sociedad cubana  sino del escenario mundial, fue un aliciente renovador dentro del ambiente de debates amplios, profundos y valientes que caracteriza a este Séptimo Congreso de la UNEAC cuyos delegados acaban elegir al líder de la revolución como miembro de mérito de esa organización.

 

 

 

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