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LA TECLA SIN TEQUE

El niño de la bota infortunada

Ubicada en el lado norte del Parque Vidal de Santa Clara, la estatua “El Niño de la Bota ” es el emblema más popular de la principal plaza pública de la capital villaclareña muy admirado tanto por los cubanos como por extranjeros que lo visitan.

Su verdadero nombre es “El niño de la bota infortunada” y su sempiterna imagen nada tiene que ver con los niños pobres de la ciudad como creyeron los santaclareños durante mucho tiempo.

La estatua representa a los llamados niños tamboreros de la guerra civil norteamericana que se dedicaban a socorrer a los soldados heridos en los combates a los que incluso llevaban agua en sus botas, explica la Licenciada Dailys Tápanes Obe quien es especialista del Centro Provincial de Patrimonio Cultural.

La estatua, de aproximadamente un metro de altura, tiene una postura hidalga a pesar de tener descalzo el pie derecho mientras que la mano diestra sostiene una bota de cuya suela surte agua hacia una fuente de forma irregular.

Es el único monumento dedicado a los niños de los nueve que existen en el Parque Vidal donde se exhibe desde el 15 de julio de mil novecientos veinticinco cuando concluyeron las remodelaciones correspondientes a la etapa republicana de la plaza pública.

El niño de la bota infortunada llega a Santa Clara a través del catálogo enviado por una tienda de objetos de arte de Nueva York quien había respondido a la solicitud pública librada al efecto por las autoridades de Santa Clara quienes habían pedido una figura central para una fuente que sería colocada en línea recta con el obelisco, la glorieta y el monumento a Marta Abreu de Estévez, expone la Licenciada Dailys.

Se afirma que hubo unas veintitrés piezas similares a ubicada aquí, hechas por igual de calamina y aluminio. La estatua que hoy se exhibe no es la original sino una réplica muy fiel hecha de bronce a tenor de los festejos por festejos por el 300 aniversario de la ciudad en mil novecientos ochenta y nueve.

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