Rubén el guajiro ecológico
Cerca de la comunidad de Antón Diaz, a unos diez kilómetros de la ciudad de Santa Clara, está la finca del campesino Rubén Torres Saíz quien es un destacado promotor de las técnicas agroecológicas en los diversos cultivos que acomete.
El monocultivo de la caña y la quema de los campos por años provocaron una baja fertilidad en los suelos de la finca que Rubén heredó de su padre. Sin embargo la solución a tal problemática no la buscó en los sacos de fertilizantes sino en la paciente labor de la lombriz de tierra y de algunos microorganismos tan naturales como eficientes.
Dice Rubén que “lo que he hecho es alimentar mis tierras con grandes cantidades de humus de lombriz y con varios microorganismos que la naturaleza ha creado para mejorar los suelos como por ejemplo el rizobiu que es muy eficiente en el cultivo de las leguminosas”
Desde hace diecisiete años é es un destacado promotor agroecológico cuyas técnicas han elevado hasta 3,5 la fertilidad de sus suelos en los que cultiva frutales, viandas, leguminosas y algunos cereales en los que no hay presencia de agentes químicos.
Rubén se queja de que en Cuba no exista un grupo para certificar las producciones agrícolas en cuanto al uso de químicos o sea las llamadas de origen orgánico y así la gente sabrá lo que come porque ya está demostrado que el excesivo uso de los químicos no es bueno para la salud.
Un ejemplo de la bonanza del uso intensivo del humus de lombriz es que le ha permitido controlar la llamada chinche del aguacate y le permitirá pronto acometer el cultivo de un grano tan complejo como el garbanzo.
“ La agroecología es un trabajo a largo plazo y no se le puede imponer a las personas porque la gente y sobre todo si son campesinos tienen que ver para creer y aquí los resultados no son de la noche a la mañana pero hay que perseverar” dice Rubén.
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