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LA TECLA SIN TEQUE

Marcos Urbay, un músico total.

Marcos Urbay, un músico total.

Setenta y nueve de los ochenta y cuatro años de vida que tiene los ha dedicado Marcos Urbay Serafín al arte de la música y a la gente que lo practica y lo disfruta.

Y es que este hombre pequeño de estatura corporal pero grande en su dimensión profesional nunca ha abandonado el camino que su padre, también músico y director de orquesta, le trazó cuando muy niño lo llevó de su mano a la entonces Banda Municipal de Caibarién.

Trompetista de primera línea en la Sinfónica Nacional y otras prestigiosas orquestas cubanas de la década del 50  Urbay es compositor y arreglista musical y ha tenido bajo su propia batuta varias agrupaciones sobre todo la Banda de Conciertos de Caibarién, su ciudad natal.

Una de sus facetas más relevantes es la de pedagogo musical pues es profesor fundador de la Escuela Nacional de Arte, ENA, y del Instituto Superior de Arte, ISA, e incluso es el autor del más exitoso y usado método de estudio de la trompeta en Cuba.

Hace dos décadas se jubiló oficialmente pero en realidad decidió volver a su patria chica para ponerse al frente de la Banda la que, bajo su liderazgo, ha elevado mucho su nivel artístico y además ha creado una Banda Infantil que es su empeño mayor en estos tiempos.

Urbay es un hombre incansable aunque parezca que su constitución física no le acompañe pero tiene una voluntad tremenda y mucho sentido de la entrega a los demás.

En días pasados la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC, y el Ministerio de Cultura le entregaron un diploma de reconocimiento  por su larga y fecunda trayectoria musical y pedagógica y lo hicieron en la Glorieta de su pueblo frente a sus músicos y a sus coterráneos.

Entre las muchas condecoraciones y lauros que ostenta resaltan el de Miembro de Emérito de la UNEAC, la Medalla “Alejo Carpentier”, la Distinción por la Cultura Nacional y los Premios Nacionales de Enseñanza Artística y el de Cultura Comuniatria.

 

 

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