Centenario de un genio musical e incorruptible juez cubano.
El 7 de marzo se cumplieron cien años del nacimiento del genial músico Alejandro García Caturla en la ciudad de San Juan de los Remedios, en la central provincia cubana de Villa Clara.
Caturla, como es conocido universalmente, es uno de los intelectuales más interesante de la primera mitad del pasado siglo en Cuba pues a una corta pero muy creativa carrera musical le unió una conducta muy ética como jurista. Se Licenció en Derecho en la Universidad de la Habana en 1927 y ejerció como juez en varios municipios de la región central y oriental del archipiélago cubano.
Se afirma que su muerte, el 12 de noviembre de 1940 a manos de un coterráneo suyo que estaba siendo procesado por el propio Caturla a causa de un delito menor, fue más bien debido a lo incómodo que resultaba el honesto juez de instrucción de Remedios para las clases pudientes de la comarca villaclareña.
Alejandro García Caturla dirigió los juzgados de los poblados de Placetas, Quemado de Guines, Ranchuelo, Remedios, Caibarién, todos en la región central de Cuba y el de Palma Soriano, en la zona oriental y en varias ocasiones fue objeto de atentados y amenazas contra su persona por su rectitud en la aplicación de la leyes que lo llevó a enfrentar a poderosos intereses económicos de la Cuba republicana de la década del 30 del siglo pasado.
Se le considera uno de los iniciadores del modernismo sinfónico en Cuba con obras de temáticas y ritmos afrocubanos utilizando técnicas compositivas influidas por el francés Claude Debussy y el ruso Igor Stravinsky.
Entre sus obras principales se encuentran Sonata corta, para piano( 1927), Tres danzas cubanas, para orquesta ( 1927), Preludio para órgano
( 1924), Yamba O, para orquesta ( 1928-1931), Suite cubana, para viento y piano ( 1931), Canto de los cafetales, voces ( 1937) y Berceuse campesina para piano ( 1939) entre otras de una factura moderna que unen lo que ha sido llamado un sinfonismo pintoresco a un nuevo sentido del color, la armonía y el ritmo.
Caturla fue además un destacado animador musical pues organizó orquestas y sociedades musicales en distintas provincias cubanas a la vez que en un período corto de unos trece años, a partir de 1927, compuso casi toda su copiosa obra con la que inicia en América Central y el Caribe un estilo particularmente original asentado en las raices africanas de la cultura cubana, además en sus piezas utilizó textos del poeta cubano Nicolás Guillén y del gran narrador Alejo Carpentier.
Considerado un genio musical, por las innovaciones estructurales de sus obras y su irreverencia conceptual temática, Alejandro García Caturla es muy admirado en Cuba y otras partes del mundo por lo que se organizan grandes festejos a propósito del centenario de su nacimiento en San Juan de los Remedios, Cuba.
Su vida agitada, fecunda y corta, pues tenía al morir 34 años, es motivo de orgullo para los cubanos y muchas instituciones culturales y musicales del país llevan el nombre del genial remediano. La tragedia de su muerte violenta a manos de un delincuente común generó críticas para el gobierno cubano de aquella época pues nunca proporcionó al artista los medios económicos necesarios para poder dedicarse íntegramente a la música y mantener a su numerosa familia.
Basten estas palabras del intelectual cubano Juan Marinello para comprender la magnitud de la frustración ante el asesinato de Caturla,“ Debió hacerse jurista para vivir y ya vemos que lo logró para morir, para desaparecer violentamente, absurdamente, cuando abría las alas a la tarea que lo conduciría a estadíos universales”.
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