Comprueban eficiencia de biodigestores tubulares.

 En seis provincias cubanas se han instalado 170 biodigestores tubulares de membrana los que son suministrados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD. Esas instalaciones reducen considerablemente la carga contaminante, disminuyen el uso de combustibles fósiles y mejoran la calidad de vida de muchas familias campesinas. Durante años las excretas de los cerdos de José Venancio de la Riva iban a parar directas a sus propias tierras y con ello las contaminaban. Pero desde hace meses la situación cambió radicalmente pues este campesino remediano recibió de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, ANAP, e instaló en su nave porcina un biodigestor tubular que convierte los agresivos desechos en gas metano para su cocina y el sólido que sobra, también los usa como fertilizante a sus amplios campos de malangas. La historia de José Venancio se parece a la de casi ciento setenta anapistas que en seis provincias cubanas instalaron esos equipos dando un paso aún modesto pero prometedor contra la contaminación ambiental más aun ante el auge de la producción porcina privada. Según Omaida Cruz Montesino, Coordinadora del proyecto en la ANAP, “este programa el país lo sitúa como una de las alternativas esenciales para las emisiones de gases de efecto invernadero a la vez que limita considerablemente la contaminación de los recursos hídricos y también permite obtener energía de forma renovable”. Con los 170 biodigestores ya instalados se dejan de emitir unas 2 mil 600 toneladas de gases contaminantes al ambiente. A ello súmele las tres mil cuatrocientas toneladas de desechos dejados de verter al entorno y el ahorro en petróleo, leña o electricidad que actualmente se usan en la cocción de alimento para humanos y cerdos. Durante un análisis realizado en la provincia Villa Clara sobre la marcha de este proyecto se hizo énfasis en una correcta instalación y mantenimiento de los biodigestores tubulares que pueden tener una vida útil de unos 15 años y de los que instalarán más de 400 el próximo año en casi todas las provincias gracias a la cooperación entre la ANAP y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas.