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LA TECLA SIN TEQUE

Estados Unidos y el pitén de la UNESCO.

Estados Unidos y el pitén de la UNESCO.

La pelota, o béisbol como se le conoce internacionalmente, es el deporte nacional de los cubanos y su práctica comienza desde edades tempranas lo mismo en terrenos oficiales como en plazas, calles o en solares que  permitan poner las cuatro bases y se pueda batear la pelota con alguna libertad.

A los juegos de pelota entre los niños y adolescentes se les llama pitén, una palabra cuyo origen y sentido desconozco. Para armar un buen pitén son imprescindibles, además de los entusiastas jugadores, una pelota maciza, un bate de madera para golpearla y varios guantes para atraparla.

Precisamente a veces el problema está ahí, porque los pitenes son más propios de los barrios pobres donde esos implementos escasean lo que en ocasiones se salva por la asistencia de algún “muchacho” cuyas posibilidades económicas le permiten tenerlos y aportarlos y entonces… a jugar un rico pitén.

Pero en toda carrera siempre hay su tropezón y muchas veces el “muchacho de los implementos” no es bueno jugando pelota y nadie lo quiere en su equipo. Entonces ahí mismo se “forma la gorda” porque el dueño de los equipos se “berrea” y  dice “si no estoy en el pitén me llevo la pelota, el bate y el guante” y por lo tanto se fastidia el juego.

En la mayoría de los casos se impone el sentido común pues algún equipo cede y acepta al “malo” con tal de jugar.

Aunque parezca exagerado o traído por los pelos me da la impresión que algo parecida a la actitud del “muchacho de los implementos de jugar pelota” es la que asume con cierta frecuencia los Estados Unidos en la Organización de las Naciones Unidas para la  Educación, la Ciencia y la Cultura,  UNESCO.

La más reciente perreta norteamericana es su decisión de no pagar los 60 millones de dólares que le faltan de su  cuota anual en la UNESCO en represalia por la decisión de aceptar a Palestina como el miembro pleno 195 de esa organización.

Téngase en cuenta que la couta norteamericana significa el 22 por ciento del total del presupuesto por lo que no es difícil imaginar  las consecuencias que tal corte significará para el trabajo y los proyectos que acomete una entidad que se dedica a promover la cultura, la educación y la ciencia así como a conservar el patrimonio de la humanidad.

La decisión sobre Palestina fue aprobada por el voto favorable de 107 países que ven en ello  un primer paso en el reconocimiento que merece ese sufrido pueblo y también un aporte al diálogo de paz entre palestinos e israelíes.

Sin embargo para los norteamericanos la voluntad de más de las dos terceras partes de la membresía de la UNESCO no tiene mucho valor y tal como hizo el “muchacho de los implementos de jugar pelota” anunció y ahora cumplió su amenaza de quitar el dinero que había prometido.

No es la primera vez que los Estados Unidos hacen algo similar. Ya en 1974 retiraron su aporte financiero a la UNESCO porque  la Conferencia General de ese año condenó a Israel por su persistencia en alterar aspectos históricos de la ciudad de Jerusalén y se rehusó incluir al Estado Judío en “ la región Europa”.

Diez años más tarde, y en el gobierno del presidente Ronald Reagan, los EEUU suben la parada y se retiran por completo de la UNESCO porque según ellos estaba politizada y abordaba temas que no le incumben, como la paz y el desarme”. No fue hasta 2003 que los norteamericanos deciden volver al seno de la UNESCO ante la exigua solidaridad que cosechó su actitud.

La realidad es que a los gobernantes del poderoso estado les molestaba elapoyo que la organización le daba al Nuevo Orden Económico Internacional, el establecimiento del Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación, y la orientación que  daba a la educación, ligándola al desarme, la paz y los derechos humanos.

Puede notarse que cada vez que la UNESCO decide algo importante que no es del agrado del imperio este reacciona quitando lo que más tiene, dinero, en una curiosa pero real similitud con la perreta del “muchacho de los implementos de jugar pelota” al que si no ponían a jugar se llevaba la pelota, el bate y los guantes.

Claro, todo indica que aquí no funciona el mismo sentido común beisbolero porque parece que se lleven lo que se lleven los yanquis se quedan sin jugar en el pitén de la UNESCO.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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